martes, 21 de junio de 2011

"...iluminados por la verdadera luz del sol"

El mito de la caverna nos permite inferir un análisis bastante provechoso del proceso para llegar a la verdad (y en respuesta al movimiento de los Sofistas). En primer lugar mencionamos que el alma está "encuerpada", por lo tanto si el cuerpo no se mueve, ella tampoco lo hará. En ese caso, en un cuerpo encadenado completamente, al no tener movilidad en las piernas no puede caminar y al no poder mover el cuello no será capaz de mirar otras cosas distintas a las que se le proyectan en frente. En ese caso, las figuras o sombras que ven los hombres serán su realidad, que se muestra como real, pero que solo es aparente. Podemos desprender entonces que no todo lo se presenta ante nosotros es verdadero. El fuego representaría la luz, pero no la real, o sea como la sabiduría que entrega el movimiento sofista. Por lo tanto estos hombres encadenados vivirán sometidos a una realidad aparente, iluminados por una sabiduría que no será la apropiada.
Cuando los cuerpos son soltados, les costará salir de la caverna, ya que la luz del exterior los molestará y pareciera ser más cómodo quedarse dentro, es decir, cuando la verdadera sabiduría alumbra nuestras vidas será para nosotros más agradable quedarnos con los pensamientos a los que estábamos acostumbrados. Pero a fin de cuentas la existirán quienes disfrutarán de este nuevo mundo al que han sido invitados a descubrir y se sentirán ansiosos por divulgarlo entre quienes aún siguen atrapados en esta caverna que no les permite ser iluminados por la verdadera luz del sol.

Ignacio Milla

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